Vistas de página en total

lunes, 3 de septiembre de 2012

Microrelato II. Miiradas que deciden....

Miro de soslayo. No tuvo una mirada atenta, sino esquiva. No le brillaban los ojos. Una mirada torva, desconfiada. Creyó que todos lo miraban, pero la verdad es que nadie había advertido su presencia. Busco un sitio en donde sentarse esa tarde. Que nadie lo advirtiera. Quería pasar desapercibido. Todo le resultaba extraño. No pregunta , no mira ni se ocupa de quienes había al lado. Estaba como ausente, llevado por la inercia. Su nombre no estaba en la lista de la antesala en donde a cada uno se le había asignado un lugar destacado en la zona Vip. No estaba invitado de forma especial, pero entendió que era un acto publico y abierto. Durante mucho tiempo había sido el responsable de organizar aquel evento. Se lo habían dicho muchas veces. Hay que llenar la sala, pero hay que procurar que no queden sillas vacías en las primeras filas, las que salen en la prensa,las que cuentan. Las otras son relleno, puro relleno. Por eso, ese día prefirió el relleno. Pensó que era una manera de ver las cosas desde otra óptica, desde otra vertiente. El era ahora relleno. Nadie lo reconoció.A tal punto llego el tono de su mirada que los ojos lo delataban. Hay miradas oteadoras, inquisitivas, balbucientes, suplicantes, orgullosas, pretenciosas, mendigas. Miradas alteneras y miradas frias, con venas de sangre en la pupila. Su mirada aquel día era de escepticismo. Poco creía en aquel evento. Quiso verlo con mirada nueva.....la mirada del alma sin sosiego. Mirada escrutadora, mirada lasciva y perversa la suya en esa tarde en la que todas las miradas lo habían ignorado. Su mirada se había vuelto nueva y distinta. Empezó el evento. Palabras y mas palabras y todo resbalaba por sus oídos, porque era la mirada la que mas valía, la única capaZ de reconocer y reconocerse. Hay momentos en los que sobran las palabras cuando las miradas ya han decidido a quienes hablar. El relleno no importa. Lo que importa es la mirada atenta de las primeras filas. Sobran miradas. Faltan oídos. La vida le cambio cuando dejaron de poner las miradas sobre el. Como los padres que alejan la mirada cuando algo quieren recriminar a los hijos. Le habían quitado la mirada. Y con ella, la voz. Y con la voz la presencia. Lo habían eliminado. No era nadie. Por eso su mirada hoy había hecho que nadie lo reconociera. Era una mirada ajena y expulsada. Era mirada de relleno. Era la mirada del olvidado. Allí, en la ultima fila, sintió el frío de miradas ajenas y tuvo el escalofrío de la propia mirada. Las miradas deciden mas que la voz. El día que te retiren la mirada, estas perdido. Eres cadáver. El era cadáver en la ultima fila de aquel tanatorio. Pero había mas candidatos a cadáveres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario