Suele mucha gente preguntarse con frecuencia qué hacer
cuando lo que se cansa es el alma. Es lo que se llama agotamiento vital en la
relación con las personas. Hay personas a cuyas puertas llamas con insistencia
y nunca escuchan el llamador. El cansancio está asociado en la mayoría de las
ocasiones al esfuerzo físico, pero el más peligroso es aquel que se instala
después de muchos esfuerzos en la lealtad y la fidelidad que no se ven
correspondidos. Decía Juan de la Cruz que “el alma que anda en amor ni cansa,
no se cansa, ni descansa”. Y hay tantas clases de amores así. El cansancio del
alma es el peor de los cansancios que uno puede sufrir. Mientras el cuerpo está cansado,
estamos dispuestos a reparar el desfallecimiento con un descanso reparador y
sabemos que el equilibrio corporal se restablece, tarde o temprano. Sin
embargo, cuando lo que se ha cansado es la ilusión, los sueños, las ganas de
amar, no hay nada que pueda sacarnos de la profunda hendidura donde se pierde
el interés. A veces con poco basta. Es difícil reaccionar
cuando uno está abajo, porque la fuerza que nos acompaña cuando el alma sonríe
no aparece cuando necesitamos un abrazo. Pero de cualquier forma aunque lo que
nos rodee nos sea propicio y todos nos quieran ayudar, la mejor ayuda está en
la propia sabia. En libar el néctar del espíritu puro que nos constituye; en
ponernos en relación con el centro mismo del corazón para pedirle ayuda. Existen otras fuerzas
que nos acompañan, invisibles tal vez, pero no intangibles. Podemos verlas con
los ojos de la intuición que advierte en otro plano sensorial e identificar las
señales que nos indican el camino.
Aquí estoy, amarrado al vicio de escribir. Es el pensamiento el territorio más libre que se nos ha dado....." A la cárcel iré, a dormir será si quiero" dijo Sancho al Quijote. Nada más sagrado que la libertad. Lo decía Pessoa: "No el placer, no el poder, no la gloria. la libertad, solo la libertad". Y aquí encontré un muro más en donde seguir dibujando mis pensamientos, amarrado al vicio, que ya es velero, de libertad. Gracias por la visita.
Curiosamente, saboreando mis últimos dias de retiro y que gracias a ellos estoy curando mi alma cansada, me ha llamado la atencion el comentario
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