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domingo, 15 de enero de 2012

OÍDO EN LA BARRA DE UN BAR


Tengo un amigo al que no le gusta salir de Madrid. Cree que se va a caer mientras él está fuera, que va a arder…Este amigo callejea mucho y siempre aprende algo en su peripatético deambular. Es aficionado a oír conversaciones ajenas, charlas prestadas. Yo con mi oído duro no logro llevar tres conversaciones a la vez, pero él va por delante…Me decía no hace mucho:

- ¿ Has visto cuánta estupidez se pone la gente en la boca ¿ Ese hablando de la dieta y aquella del vecino del quinto; este del rincón susurra sobre la Belén Esteban y aquel está jactándose de lo que le mide lo que tiene entre las piernas…Me cuenta las conversaciones que ha seguido. A saber: lo flojo que está su colega en la cama, el Ipad que su nene se ha llevado al Erasmus, lo puta que le ha salido la cuñada y lo ladrón que le ha resultado el suegro. Y entre risas…los quilos que tienen todos que perder.

- Ya sé por qué es. Ya sé la razón de tanta estupidez, le digo

Asombrado me mira, sonríe y me pregunta por tan eximia y rápida razón:

- Que no llueve, manito, que no llueve. Las tuberías tienen que limpiarse y el agua tiene que entrar, que se oxidan las neuronas.

Y nos vamos de la cervecería y se oye a una sola voz un grito ensordecedor, un grito que mueve masas, que hace a los hombres más unidos, más hermanos, más mejor.

Y saben cuál es ese grito ¿

- Goooooooolllllllllllll

Así está la cosa en este Madrid ensordecedor.

Que llueva,
Que llueva
La Virgen de la Cueva
Los pajarillos cantan
Las nubes se levantan
Que si
Que no,
Que caiga un chaparrón

Y nos vamos con el futbol a otra parte….Ya en la casa el futbol otra vez….Tengo sobre mi mesa aquella vieja película: “Arde Paris? “….Madrid es la que está ardiendo de estupidez. No vuelvas amigo, sigue en tu exilio….

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