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domingo, 29 de enero de 2012

BERTONE O EL FINAL DE UN PONTIFICADO


Cuanto está ocurriendo en el Vaticano en estos últimos meses no deja de ser una prueba más del fin de un Pontificado. Benedicto XVI, atareado en dejar su pensamiento “atado y bien atado”, reza, escribe, pasea, toca el piano y aparece de vez en cuando con sonrisa bávara y mirada incierta (sus ojos ven cada vez menos). Otros le llevan la Iglesia. Otros manejan la barca. Y es algo que preocupa y mucho en estos meses. La reciente carta del cardenal Secretario de Estado, Tarsicio Bertone a la Curia es una prueba de ello. En la misiva el cardenal salesiano dice que solo él es el filtro para el Papa y que los cardenales y curiales que tengan que decirle algo, que se lo digan a través de él. ¡Así queda el derecho de todo cristiano de poder hablarle al Papa ¡Es una carta desafortunada. Nadie duda ya de la mala salud del Papa y de cómo se va haciendo fuerte este cardenal que levantó esperanzas y que está siendo atacado por todos los flancos, después de haber diseñado un nuevo consistorio de cardenales italianos y curiales que alumbren un nuevo Papa italiano en el próximo conclave. Bertone era el único del que se fiaba Ratzinger al ser elegido pontífice. Eran vecinos de apartamento y no sólo habían trabajado juntos en Doctrina de la Fe, sino que mantenían una estrecha amistad personal. El nuevo Papa optó por Bertone para evitar a la todopoderosa curia que bien conocía el cardenal bávaro, tan defendido por Wojtyla frente a los dardos enemigos. La carta del nuncio en los Estados Unidos advirtiendo hace un tiempo al Papa sobre las corruptelas de la economía vaticana ha caldeado el ambiente, como lo ha caldeado el empeño de Bertone en hacer que el Papa vaya a Cuba a coronar la obra mediador que Bertone ha hecho y a que Fidel Castro se saque la foto (Con México hubiera sido suficiente). Bertone vive en sus horas más bajas. La Curia no perdona y le están pasando factura. Si el último cónclave tenía claro quién debía suceder a Juan Pablo II, este no parece que lo tenga tan claro. Se anuncia un nuevo ciclo. No sabemos hacia dónde, pero estamos seguros que un nuevo ciclo tras un largo pontificado con dos etapas: Wojtyla y Ratzinger, dos paradigmas de un mundo que se está acabando. Aparece uno nuevo y la Iglesia tendrá que contemplar qué Papa la liderará.

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