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jueves, 16 de agosto de 2012

"José y sus hermanos", de T. Mann, una isla en tiempos de zozobra



Thomas Mann buscó refugio durante los difíciles años del ascenso de Hitler al poder y del inicio y desarrollo del nacionalsocialismo, creando mundos de ficción. Mann, desde Munich, la cuna de la locura nazi, fue testigo del ascenso al poder de las camisas pardas. En las antípodas ideológicas de su hermano Henrich y molesto por la deriva de su hijo Klaus y de su hija Erika, fue lentamente decepcionándose ante el macabro espectáculo de la cruz gamada. El escritor alemán había recibido el Nóbel de Literatura en 1929, fundamentalmente por su grandiosa saga de los “Bundenbroch”, pese a ser más conocido por la “Montaña Mágica”. Encerrado en su despacho, como un anacoreta al que su estrambótica familia no podía molestar, se embarcó en una obra genial, considerada por algunos críticos como su obra fundamental: “José y sus hermanos”, cuatro tomos que arrancan con “Historias de Jacob” y le sigue “El joven José”,José en Egipto" y "José el proveedor”. Una macro novela basada en el relato bíblico de José.

La idea se la dio la lectura de Goethe: “Esta historia natural es muy atractiva, pero parece demasiado breve, y uno se siente llamado a narrarla con todos los detalle” decía el autor de las “Afinidades electivas”. Mann tuvo la osadía de “narrarla con todo detalle”. No es una novela histórica y mal hacen los libreros que a esa sección la llevan, aunque tiene en cuenta la historia y el concepto de tiempo que él ya había trabajado en la “Montaña Mágica

Es una historia bella, llena de detalles, en donde se combinan las ideas particulares del autor sobre los grandes temas del pensamiento humano, hilados con maestría, con belleza y con pericia en el relato bíblico al que Mann le da vida. Un auténtico paisaje de emociones, de virtudes, de defectos, una cosmogonía en la que hablan los dioses, los ángeles, los demonios y los hombres Y todo repleto de caracteres psicológicos que no dejan lugar a la improvisación. Cualquier detalle denota una gran etapa de documentación previa. Nada queda al azar. Casi una década ocupó a Mann estos cuatro tomos con los que evadió de la tragedia europea de la que se había alejado en los Estados Unidos. La historia de José llenó sus noches y sus días y en ella se solazó en la tristeza.

Aparece en esa historia entre líneas, aunque no quieran verlo algunos críticos, la tendencia homo erótica que desarrollaría más tarde en Muerte en Venecia. En José, Mann desata su interior, ya puesto de manifiesto en sus diarios. Una vida arrastrada por la belleza convulsa, fiel a los textos de la Biblia y rica en detalles psicológicos, sociales, costumbristas. Una gama de colores y de olores, una aventura que atrapará al lector. El gozo que el autor encontró al escribirla se ve correspondido con el gozo de leerla

Este verano he vivido con pasión las aventuras del joven José y un mundo de ficción, isla en momentos de zozobra.

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