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viernes, 9 de noviembre de 2012

Ora victima más de los desahucios. Lean este poema de Gabriel y Galán y saquen sus conclusiones


La foto es del cuerpo de una mujer, desesperada ante el embargo y el desahucio de su casa. La noticia la trae hoy la prensa. Una mujer de 53 años se ha tirado por el balcón de su casa y se ha suicidado antes del embargo. Iban a echarla de su casa. La máquina de la Justicia (¿?) Los abogados de los “amos del dinero”. Esta crisis está rompiendo todo lo que encuentra por delante. Y no es la primera víctima y no será la última.  Va creciendo en la sociedad un tedio espantoso. Quienes de esto saben dice que la cosa va lenta, que no remontaremos tan fácilmente. Puede que sea un rearme moral el que necesitamos, pero ¿ solo en los pobres que han de ser más austeros, como decían hace poco eminente pensadores de tomo y lomo ¿. El rearme moral ha de empezar por los “amos del dinero” y por la Banca, ese poder omnímodo que a tantos está llevando a la ruina. No se resisten a perder. Siempre  gana la Banca. Es la hora de gritar contra la usura y la descarada ascensión de quienes siguen pisando fuerte. Hoy no es un día feliz. Como esta mujer son mucho slos que se tiran por las ventanas de la ilusión, mientras sus causantes reciben premiso, audiencias y bendiciones.
Hay un poema que aprendíamos de niños en la escuela que hoy me viene a la memoria. Es de José María Gabriel y Galán, poeta salmantino de la Alta Extremadura. Habla de un embargo. El juez se acerca a un hombre viudo. Ha perdido a su esposa y ahora le quitan los enseres de la casa. Se dirige al Juez diciéndole:

 “Pasi usté mas adelante y que entren tos esos”

¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está gediendo!

¡Señol jues: que nenguno sea osao
de tocali a esa cama ni un pelo,
porque aquí lo jinco
delanti usté mesmo!
Lleváisoslo todu,
todu, menus eso,
que esas mantas tienin
suol de su cuerpo...
¡y me güelin, me güelin a ella
ca ves que las güelo!...



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