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martes, 30 de octubre de 2012

Esta lluvia trajo su duende,“to say the things he truly feels”



A José Ramos, que me dio las cuatro primeras palabras

Esta lluvia trae duende, dejándose caer y empapando con su plácida cadencia y su insistente caricia.  Esta tarde me calé el sombrero y salí a recibirlo. Venía escondido en el viento racheado que lo trae en volandas. Y me devolvió a casa e insistía en entrar por las ventanas, desparramando su lengua húmeda por los cristales, queriendo colarse en mi habitación propia en donde resuenan los ecos del canon de Pachelbel, tan excelso, tan sublime. Y sigue aporreando con suave insistencia, empapado por la lluvia que lo trajo, como pidiendo permiso para entrar. Es tan educado, tan sencillo y tan respetuoso…

Y le abrí un instante y se adueñó de la casa,  que eso significa ser duende, enseñorearse en los espacios, apoderase de las íntimas geografías e ir de puntillas por las cosas. Lo sabe y sonríe y crea un encantamiento, porque es un duende, no es un fantasma funesto. Es un duende bueno como el que recreaban las viejas leyendas bávaras. Y se asienta con su diminuta figura en el libro que dejé bien señalado porque, leyéndolo, se  me encogió el alma. Y salta para meterse entre el olor de aquella ropa que tantas cosas me  evoca. Y luego se va al sofá en donde paso tardes enteras leyendo  y viviendo la verdad de las mentiras que la ficción me acerca en sueños . Y salta a mi pecho y lo aprieta, y me hace sonreír con mueca inocente, y llorar, y  gritar, y  pensar,  y me hace compañía. y me hace soñar.

Esta lluvia ha traído su duende y ha puesto patas arriba mi habitación. Ya se va. Pero antes de irse ha dejado puesta, para que la escuche, la voz de Sinatra, como lluvia que cala en los oídos: “ And now, the end is near. And so I face the final curtain. My friend. I´ll say it clear. I ´ll state my case of wich I´m certain. I´ve lived o life that´s full…And more, much more than this. I did it my way” Y esta voz se vuelve duende que trajo esta lluvia de otoño, tan querida, tan añorada, que todo lo renueva y que hace que en lo más recóndito del alma grite con Evelyn Waugh en “ Brideshead Revisited:  “Todo es gracia”  El duende vino cargado de gracia plena. Y sigue lloviendo,  pero ya con menos insistencia, más suavemente, con cadencia armoniosa “to say the things he truly feels”…Y sigue la “voz” embelesando. Y la lluvia desparramándose y el alma aquietándose. 

No ha lugar para lo patético. No ha lugar para lo ridículo. El duende me lo ha enseñado hoy. Y estoy agradecido al duende. 

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